Qué habrá sido de aquel tipo capaz de maravillarnos con sus historias perfectamente ambientadas, incrustadas en una atmósfera que toma vida y se convierte en principal personaje en películas como ésta, Alien, Black Rain... Es inevitable opinar por enésima vez de este aspecto técnico pues supera con creces lo soñado por el espectador, aburrido tantas y tantas veces en pelis de este mismo género, tan cutres y casposas que hemos llegado a pensar que, tras la memorable obra del maestro Kubrick, nadie sería capaz de seguir el camino abierto. Lo consigue sin duda la mejor versión de Ridley Scott. Aqui se vuelve a poner en tela de juicio la capacidad de crear máquinas capaces, a su vez, de crear máquinas y, a su vez capaces, de crear sentimientos, hacerse las mismas preguntas que obsesionan a los mortales, y capaces, o incapaces, como nosotros de tomar decisiones en uno u otro sentido. Las preguntas existenciales siguen sin tener una respuesta clara pero aqui entran en juego los androides capaces de plantearse idénticas cuestiones. ¿Tendrán ellos la respuesta en un futuro próximo?

Un Harrison Ford no tan trillado da vida a un Blade Runner encargado de dar caza a estos seres que empizan a crear problemas incapaces de resolver sus dudas, sus miedos. Rutger Hauer sobervio. El resto del plantel lo mismo, para mi nada desentona en el film.

Años después el director en uno de esos dvds Cut director, nos plantea la posibilidad de dudar de la identidad del propio Blade Runner, humano o humanoide. Prefiero no opinar, me quedo con la primera version, y con el final de la segunda, menos maquillado.

Una de mis preferidas.