Película verdaderamente desastrosa que se toma esto del cine a cachondeo y nos regala 80 minutos de mierda en su 97%.

Parte, sospechosamente, del pequeño tirón de Un ciudadano ejemplar, donde un ciudadano ejemplar (aquí deberíamos reírnos) se toma la justicia por su mano para saciar su venganza, en vistas de la indolencia del sistema.

En esta rémora cinematográfica sucede 3/4s partes de lo mismo pero peor, es decir, sin guión, sin estructura, sin convencer, sin sentido y sin alma. Y con la esperanza de que uno de esos inexplicables, gratuitos y demostrativos de ausencia de talento, giros de guión, nos deje lo suficientemente flipaos como para pasar por alto el desastre. Ni los más empalmaos.

En ningún momento vemos capaz al matrimonio de hacer lo que está dispuesto a hacer, y esto señores, es una falta absoluta de rigor y amor por el séptimo arte que yo no estoy dispuesto a perdonar. No vayan a creerse que rellenando 70 minutos de mierda van a sostener un argumento ligeramente interesante, a menos que dirijan su celuloide a las butacas calenturientas de los imberbes quinceañeros. Qué digo butacas, esta ponzoña se dirige directamente a los videoclubs, esos antros retro que ya nadie visita, donde abunda el cine yanqui basura.

Como leerán no hablo mucho de la cinta y es que, no hay de qué hablar. Si les pica la curiosidad u otra cosa, vean el trailer y denlo por bueno, puesto que es mejor que la peli en sí.