Para mi quitando el tema del "héroe solitario vengativo" y las coincidencias del "recurso base" de la historia, poco parecido se le puede sacar a John Wick como muchos no paran de intentar. Para empezar la fotografía de esta película es un "quiero y no puedo", no la veo a la altura de ningún título de renombre. La única escena que suelen comparar con John Wick, en el subterráneo, tampoco encajaría con el estilo aunque hubiera similitud: el papel de Keanu Reeves utiliza una combinación de artes marciales con armas de fuego mientras que el papel del "Kaiser negro" utiliza técnicas de combate con armas.

La trama a mi me parece buena aunque tenga algún agujero. El problema que le veo a esta película es en gran medida la estética, muy luminosa y demasiado colorida para una película de asesinos donde, además, pretenden utilizar el contraste visual para dar dramatismo a alguna escena al más puro estilo Sin City, lo cual en ningún momento consiguen. Fotografía y escena suspenso.

Lo peor es que está plagada de sobreactuaciones y sobrecaracterizaciones, un caso puntual es el de Matt Lucas, y en algunos papeles ni siquiera encajan con el actor escogido ni puesto con calzador, como el de Josh Cruddas que es simplemente incomprensible. Lo salvable es que el papel le sienta como anillo al dedo a Mads Mikkelsen (también el de Ruby O. Fee, pero sería mención a parte), pero el resto de "asesinos" estropean toda buena interpretación. El papel de Robert Maillet me quedará la duda si sería salvable, pero apenas le dan planos para comprobarlo.

Para mi la sorpresa ha sido Vanessa Hudgens que poco más allá se recuerda de su papel adolescente y en esta película brilla con luz propia. Impresionante papel y actuación que hace, a pesar de lo previsible de su guión por tópico no te esperas en ningún momento que sucede a continuación. Simplemente impresionante. A Richard Dreyfuss al cual algunas críticas hacen mención por la brevedad de su papel ni lo tendría en cuenta, un simple cameo.

Lo único realmente bueno de toda la película es el final y no porque termine. La verdad es que entretiene lo justo, pero entretiene, y el final es realmente bueno. Personalmente creo que gran culpa de ello tienen Mads Mikkelsen y Vanessa Hudgens, que encajan en su papel como piezas nuevas de TENTE (al principio cuestan de encajar, pero cuando lo hacen lo que cuesta es separar) y, al quedarse solos con los últimos vestigios de guión, simplemente lo bordan.

Espero una segunda película porque historia hay para contar, pero esta me ha dejado un gusto ciertamente amargo.