Shaun es una oveja normal y corriente que vive el día a día y aunque al principio parece que no está cómoda y prefiere escaparse con el rebaño, las cosas cambian cuando su granjero desaparece de la granja y triunfa, entonces ella busca con muchas trabas y dificultades junto con su tropa a su querido granjero buscando un poco de tranquilidad y asentamiento. Todo esto ocurre en ochenta minutos fabulosos, perfectamente narrados y dignos de recordar y admirar gracias a que no hay ni un sólo diálogo en la película y se disfruta como muchas otras cintas. Entonces tiene mucho mérito que siendo una historia sencilla se haya sabido expresar tan bien que llegue a emocionar unos simples muñecos de plastilina que no hablan. Aardman lo vuelve a hacer y vuelve a impresionar como lo hiciera en su momento con Wallace y Grommit, Chicken Run o la más reciente Piratas aunque esa es más inferior a esta. Hay mucha emoción, risas, slapstick y emotividad con amor incluido al dueño por parte del animal por lo cual la cinta es un entretenimiento puro y duro que a simple vista viene el prejuicio fácil ya no solo por mí, que lo tenía sino por el mero hecho de ser prácticamente una cinta muda y que es fabuloso como construye una historia y llega a emocionar. Genial y justa nominación al oscar a mejor cinta de animación donde se hace un ingenioso uso del humor blanco y físico ya poco habitual en este siglo. Recomendable para todo tipo de público. Buena.