La cinta es divertida de principio a fin. Cuenta con trucos muy logrados y las gracias de un Adam Sandler en plena forma(literalmente) aunque tratar la confrontación palestino-israelí como una mezcla entre sketches de Benny Hill y algunas secuencias de "Como Dios" pueda parecer casi blasfémico.

Hay que reconocer que tampoco se le exige mucho a la interpretación de Sandler como "Zohan" y que trata de limar asperezas entre ambos bandos sin entrar políticamente en el asunto, ya que todos conocemos la posición oficial de USA al respecto.

Lo peor: el mal gusto de algunas escenas y el lenguaje corporal de un Zohan que parece un Superman adicto al sexo y que no aportan nada a la trama. Lo mejor, un rato divertido sin entrar en las profundidas de un tema que sacado de contexto puede ser tratado con humor y un film que sabe parodiarse a sí mismo sin complejos.