Que pena de no escarbar en los sentimientos del padre (caracterizado como un "sin sangre" y de su relación con su hijo, que pena de no ahondar en la creación de lazos entre el hijo y el Sr Harrigan, en adentrarnos en esa relación de mutuo cariño o (quién sabe) ejemplo paterno que no encuentra en su propio padre, etc...quién sabe la de posibilidades perdidas...

Que pena de no entender al final lo que podía haber habido en la comunicación del Sr Harrigan desde el otro mundo, que pena todo.

Eso si, el malote del Instituto al igual que el malo bebedor irresponsable y maléfico, ambos son hombres blancos, la "novia" del Insituto y la profesora buena buenísima...pues eso, un poco cansino ya esto en las producciones Netflix.