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Quatermain80 rating:
7
Thriller When a half-Chechen, half-Russian, tortured half-to-death immigrant turns up in Hamburg's Islamic community, laying claim to his father's ill gotten fortune, both German and US security agencies take a close interest: as the clock ticks down and the stakes rise, the race is on to establish this most wanted man's true identity - oppressed victim or destruction-bent extremist?
Language of the review:
  • es
September 29, 2014
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Nueva incursión cinematográfica en el siempre provechoso e interesante mundo literario de Le Carré, como siempre caracterizado por un feroz pesimismo, en el que los personajes quedan inevitablemente atrapados en unos engranajes de poder e intereses que les superan, cuando no los destruyen.

El argumento, sin ser de los más apasionantes de los abordados por el autor, es no obstante lo suficientemente sólido y creíble como para interesar e intrigar al espectador, que es lo mínimo que debe exigírsele a un filme de espionaje. Carece casi por completo de acción violenta, lo que en absoluto quiere decir que no ocurran cosas importantes o que la historia carezca de una evidente violencia soterrada. Es más, es esa sensación de inseguridad y amenaza la que aporta intensidad a la película, mostrando cómo se proyecta en los distintos personajes implicados en la trama; a este respecto parece apropiado apuntar que la mayoría de los protagonistas funcionan como piezas necesarias de un mecanismo que no controlan, y en el que todos resultan utilizados y manipulados. Así sucede con ese misterioso hombre emergido de las aguas y rápidamente convertido en objeto de interés y manipulación por parte de los servicios secretos, pero también con su idealista abogada, e incluso con Bachmann, ejemplo perfecto de manipulador manipulado.

Más allá de la trama argumental que relaciona al misterioso personaje con el tráfico de armas yihadista y con las operaciones de los servicios de inteligencia, la idea principal de esta historia es la del sometimiento de los individuos, que son poco más que peleles intercambiables dentro de la maquinaria del espionaje, reflejo al fin y al cabo de una maquinaria mayor, que es la del poder. Es este uno de los temas preferidos de Le Carré y que tanto ha marcado a sus personajes más conocidos, como Smiley, o en el presente caso Bachmann, ambos escépticos y desilusionados, pues conocen como nadie la terrible lógica de la mencionada maquinaria.

Por lo demás, la labor de Corbijn tras las cámaras es apropiada, adoptando en planos y secuencias el tempo reposado característico de las historias de Le Carré, y consecuentemente, otorgando más importancia a las reacciones de los personajes que a la acción. A destacar igualmente la correcta ambientación y las interpretaciones, todas solventes e intensas, concentrando el protagonismo un crepuscular Hoffman, que muestra su nivel acostumbrado en un personaje que le venía al pelo (como siempre; lo más justo sería decir que Hoffman les viene al pelo a los personajes, que se enriquecen con él y desde él). Esta buena película es, sin duda, un muy digno último saludo desde el escenario.
Quatermain80
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