El trailer pintaba bien, pero al ver la película me di cuenta de que era lo mejor de todo. Ni las interpretaciones, ni el guión, ni el intento de musical resultan convincentes o, al menos, entretenidos. Me aburrí sentada en la butaca, algo que muy pocas veces me pasa en el cine. Y si una película no brilla ni siquiera en la sala de un cine (donde hay una magia especial que hace que te tragues las películas más infumables que te puedas imaginar), olvídate, es mala de cojones. Ni entretiene, ni divierte...ni siquiera tiene sentido. Las actuaciones de Angie Cepeda y Juana Acosta son sosas con ganas, los trozos de intento de musical son ridículos y no vienen a cuento y la historia...en fin. La única a la que se le podría indultar es a Miren Ibarguren, muy desaprovechada en esta película, ya que sólo sale en momentos puntuales, los únicos en los que puedes esbozar una sonrisa, aunque tampoco con mucho sentido. Aprovechando el tirón de su personaje en la serie "Aída", han explotado el lado más loco y gamberro de la actriz, que no ha brillado, pero funciona en el contexto de una película completamente soporífera.