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Spain Spain · Valencia
Talladal rating:
9
Fantasy. Comedy. Romance At the beginning of the twentieth century, Mrs. Edwin Muir - Lucy - widowed for one year, decides to move out of her controlling in-law's home in London to the English seaside with her adolescent daughter Anna and their long devoted maid Martha. Despite the rental agent trying to dissuade her, Lucy decides to rent Gull Cottage at Whitecliff-by-the-Sea. She learns first hand before she makes the decision the rental agent's hesitance is ... [+]
Language of the review:
  • es
June 3, 2009
8 of 8 users found this review helpful
Sabemos que la fórmula en la que se cifra la excelencia en el arte no es única. De ritmo sosegado y simultáneamente dinámica, cualidades del océano, con una trama tan arriesgada que a priori bordea el naufragio (¿Cómo se puede hacer creíble una historia de amor con un fantasma?), con una falsa apariencia de simplicidad, que hace más ligero al velero, “El fantasma y la señora Muir” navega firme en el fragor de un tempestuoso mar que es una continua adición de contrastes. La conciliación de elementos heterogéneos en una síntesis armoniosa, superior a las partes de que está compuesta, es una de las formas de la obra maestra. Si examinamos con admiración el secreto del éxito de este ágil velero, advertiremos algunos de sus dorados aparejos:

a)Alternancia de géneros, que significa que la trama es ligera como un veloz clípper: Terror-comedia romántica-cine fantástico.
b)Contraste de los protagonistas. Se alcanzará una “quijotización de Sancho” en ambos sentidos. Al fin y al cabo, un marino coincide con el mar (Muir significa “mar” en gaélico).
c)Tema principal: EL AMOR. Tipologías: Amor a uno mismo-amor filial-amor al prójimo-amor espiritual-amor carnal-amor prohibido-desamor-despecho-infidelidad.
d)Tema secundario: La vida es sueño.
e)Oposición entre los campos semánticos “mar” y “hogar”.

Como conclusión, recordemos que a la Justicia y al Amor se los representa ciegos. El justo y el enamorado no actúan sin considerar otra cosa que no sean las leyes que rigen su excluyente objeto. La guapa enamorada ama al feo y viceversa, el pobre enamorado ama a la rica y viceversa. El enamoramiento es subversivo y fija su objetivo caprichosamente, sin atender al orden o la conveniencia, si bien cuando hay reciprocidad y se remansa en el amor -mutando su condición-, y arraiga en los corazones traspasados, es fuente de estabilidad, concordia y felicidad. Ya nos enseñó Bécquer que no hay enamoramiento más arrebatado y duradero que aquel que un leve resplandor de la luna es capaz de suscitar.
Talladal
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