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Archilupo rating:
8
Mystery. Film noir Saxophonist Fred Madison and his wife Renee are troubled by a series of videotapes left at their door that show someone entering their house and filming them while they sleep. Then Fred receives a videotape of himself standing over Renee's slaughtered body and comes around to find himself sentenced to the electric chair for her murder. But prison authorities then inexplicably find mechanic Pete Dayton in Fred's cell and Fred nowhere to ... [+]
Language of the review:
  • es
October 30, 2008
70 of 78 users found this review helpful
Tenías razón y me acordé del cuento de Cortázar, “La noche boca arriba”, en que un motorista accidentado y hospitalizado sueña estar siglos atrás entre aztecas hasta que comprende que está en el altar sacrificial de la pirámide soñando con una ciudad de altas torres entre las que iba sin control sobre un extraño insecto de metal. Trasvase de identidades por el sueño, el inconsciente y el tiempo a través de una fina membrana reversible conectada a un laberinto como una cinta de Moebius que corre tan pronto dentro de la mente del protagonista Fred como fuera, esto es difícil separarlo, porque la cinta de Moebius empieza a transportarnos enseguida, alguien llama al interfono y dice que Dick Laurent ha muerto, lo dice alguien a quien no vemos pero cuando acabe saliendo estaremos de vuelta en el mismo punto aunque por el otro lado de la cinta, y me acordé de Haneke, tenías razón, de “Caché”, cuando aparecen los videos, deficientes y borrosos, de la casa por fuera el primero, y por dentro con la pareja durmiendo el segundo, menudo escalofrío, pero mucho más cuando en una fiesta aparece ese tipo, el draculín, a quien seguramente sólo ve el saxofonista Fred, y nosotros, la encarnación de la locura asesina, que está en dos sitios a la vez, bilocación, qué miedo… Usted me invitó a entrar en su cabeza, responde a la pregunta de si nos conocemos, ahí la típica zambullida a otra dimensión mental, como al entrar en la oreja de “Terciopelo azul”, o en la ventana negra de “Eraserhead”, porque Fred ya había aclarado que le gustaba recrear las cosas a su manera, no necesariamente como pasan, y estamos en su imaginación fabuladora, una clara pista, y hay varias, el freejazz del saxo mientras en el club ve a su mujer con otro, telefonea a casa y nadie descuelga, suenan los tonos y se hace un vacío enloquecedor, la misma música de saxo que quita de la radio del taller donde trabaja como el mecánico en que se ha transmutado, justo cuando va aparecer el gángster con su novia, y aquí lo que decías, igualito que “Vértigo”, la rubia clavada a la morena menos por el pelo, y el protagonista tiene en flash fuerte reminiscencia, y hablando de flashes ahí están esos relámpagos que acompañan a los saltos de plano mental a través de la membrana, a veces también un estruendo como de helicóptero. Porque eran los puntos de partida de Lynch: un matrimonio recibe cintas de video que graban su propia vida, y alguien se despierta un día y descubre que es otra persona totalmente distinta, no un poco sino totalmente. Añadimos los celos y el impulso asesino enloquecido, y ocurre que algunos actos propios no se pueden asumir y hay fuga a otra personalidad, aquí es fuga total, psicológica y física, el cine no tiene por qué copiar la realidad, lo que llamamos realidad, puede inventarla, sólo faltaba, no está mal perderse alguna vez en una película y no saber qué demonios está pasando, descansar de lo trillado y previsible… Se acaba el papel, busco más…
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Archilupo
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