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Spain Spain · a coruña
Esmiz rating:
8
Action. Sci-Fi. Drama When the head of a statue sacred to a village is stolen, a young martial artist goes to the big city and finds himself taking on the underworld to retrieve it.
Language of the review:
  • es
December 2, 2023
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Ting es un mozo que vive en una aldea perdida en los montes de Tailandia, Laos, Camboya o vaya usted a saber, se divierte con sus amigos subiendo a los arboles en una suerte de competición ritual, y gana quien no se parta la crisma desde 15 metros, que es lo que tienen las competiciones rituales por aquellos lares.
Un día, un desalmado les birla la cabeza de una estatua de Buda que es guardés espiritual del pueblo y todo eso tan zen y místico, así que caen sobre ellos sequias, hambrunas, tik-tokers y demás maldades, con lo que Ting, apoyado por todo el pueblo, parte en busca de la estatua a la gran ciudad qué está llena de peligros, perversión y desafios que solo su pureza aldeana podrá enfrentar con éxito.

Allí contacta con su primo que es un pillo ludópata de tres al cuarto que lo mete en peleas ilegales por su propia avaricia y todo eso, pero como Ting va "sobrao" revienta a todo el mundo, y no para hasta lograr su objetivo, el chaval parece un Rottweiler hambriento que le han escondido la pitanza, es todo determinación suicida.

Ong Bak es un caso curioso de obra maestra de lo chabacano, su fotografía es un dolor de ojos, sus actores un dolor de muelas y su edición un dolor de testículos, con todo es una obra plena y disfrutable de un modo muy burro y lo es por sus peleas y por Tony Jaa, no hay más, la historia es mero relleno. Él demuestra su tesón y capacidad marcial en un espectáculo agrio, cargado de sudor tropical y sucias secuencias, es el corazón de una película que es único vehículo para su lucimiento, no muestra otra cosa que su excelsa habilidad marcial y su determinación para completar su misión, un viaje por el fragor de las lides que es más y más salvaje a cada minuto del metraje y que, ¡para que vamos a engañarnos! sabe muy, muy bien.

Es una película mala en su ejecución, muy limitada en lo técnico, pero que brilla de manera cegadora como su protagonista en mostrarnos el Muay Thai como arte y como medio para leerle la cartilla a los malos, un descubrimiento en su día que hizo relucir a Tony Jaa y lo convirtió en icono temporal de un cine que no volvió a repetir fortuna. Para regalarse de cuando en cuando si te gusta el cine de artes marciales, desde luego es única y como tal ha de ser vista.
Esmiz
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