Y no para los que buscan una obra de arte ganadora de un botijo de plata en Villapañuelo.

Como es la gente, de verdad. Una obra que roza un 7 de media cuando con la mejor de las intenciones debería tener un 5 pelado. Pero claro... como trata de abuso escolar...
Si eres capaz de entender que una cosa es el mensaje/denuncia que puede mandar y otra cosa es, que tal es como película, por favor sigue leyendo. En caso contrario, no te molestes y da pulgar abajo.

Actuaciones. Se mueven entre flojas y lamentables. Los menores de edad no se salva ninguno, teniendo momentos que parece un vídeo de móvil hecho entre colegas.

Ritmo. Lo peor con diferencia. Planos laaaaaaaargos como un día sin internet que, en alguna ocasión, pueden colar pero que su uso es continuo llegando al sopor.

Argumento. Sin sentido en ocasiones y mil veces visto. Uno se planta frente a este tipo de obras y puede parecer que el acoso escolar ("bullying" para los modernos) no existía hasta que llegaron los teléfonos móviles. Y es uno de estos cacharritos con lo que empieza el problema (S-O-R-P-R-E-S-A) en una escena sin lógica (y mira que la chica parecía tener dos dedos de frente, luego está el viaje, no llamar... muy lista no es la verdad).

Por si esto fuera poco las tramas están mal rematadas o directamente se dejan a la imaginación del espectador. Parece ser que en el ejército de planos alargados no se pudo acortar para hacer otras escenas.

Tiene momentos salvables, escenas bien rodadas, pero el conjunto es flojo. Por plantear un tema tan sensible no se puede aplaudir sin valorar.