Al ver por primera vez el título de la película y el cartel, como muchos pensé que sería una película más de humor sin mucho contenido. Vale la pena verla para sorprenderte. Daniel Sánchez Arévalo ha sabido poner en su lugar a cada hermano, representando en 101 minutos sus debilidades y sus grandezas, además de manejar el humor y el drama en un equilibrio perfecto, con sus dosis de ternura y unas salidas cómicas muy bien medidas. Sobre todo cabe destacar la interpretación de grandes actores españoles, que hacen, sin duda, que esta película quede redonda. Es, en definitiva, una comedia dramática que analiza la importancia de la familia y nos muestra la vida y la muerte desde una visión muy dulce y humana.