En otra de sus grandes películas, Clint Eastwood se mete en el papel de un escurridizo y muy inteligente ladrón de joyas que, accidentalmente, se ve envuelto en un turbio asesinato.
Como no podía ser menos, el bueno de Clint hará todo lo posible por demostrar al gran público su inocencia, deleitandonos con una película brillante y muy bien conseguida, que reflexiona mucho acerca del poder y todo lo que éste conlleva, aparte de una gran responsabilidad.
Nuevamente, y aunque muchos ciudadanos de a pie lo ignoremos, (bien porque la prensa no nos lo cuenta todo, o bien porque no lo queremos reconocer), se nos muestran los lados más oscuros y podridos de la pólítica y cómo puede ser utilizada en malas manos.
Excelente reparto con el siempre genial Gene Hackman, el brillante Ed Harris, la correcta Laura Linney, y un pequeño papel para el ya desaparecido E.G.Marshall, que con su buen hacer consigue convencer totalmente al espectador, al igual que el resto del reparto.
Simplemente brillante.