Una de las películas más populares de su controvertido director, (el genial y sombrío Hitchcock), cuya acertada visión acerca del asesinato y el suspense, le hizo realizar esta genial historia, inspirada en un caso real, (el asesino en serie Ed Gein), aunque modificando algunos aspectos, así como magistralmente interpretada por el también sombrío y muy convincente Anthony Perkins.
Con un argumento más que sencillo, Hitchcock nos adentra en una extraña historia donde tiene lugar una misteriosa desaparición, un horrendo crimen, (esa mítica escena de la ducha), así como la posterior investigación de los hechos, y su completa resolución.
Al más puro estilo de una novela de Agatha Christie, he aquí una película que el paso de los años no ha estropeado, sino que la ha engrandecido.