Gerard Butler, reciclado hace más de una década en el cine de acción ruda, ya nos ha brindado como productor y actor un buen puñado de joyas que son simples pelis de acción de toda la vida, poca lógica y mucho entretenimiento, además con una calidad muy por encima de la media de lo que se perpetra en éstos tiempos: Un ciudadano ejemplar, Gamer, Objetivo La Casa Blanca -y secuelas-, El soldado de Dios, Juego de ladrones, Copshop...

El piloto, la penúltima que nos ha llegado, es un divertidísimo film de acción y aventuras a la vieja usanza con alma de serie B (25 millones tampoco es mucho) algo de survival, un poco de buddy movie, que va in crescendo en diversión y violencia, aunque en algunas escenas la lógica no es el fuerte del film, si lo es la dirección del francés Richet ( Mesrine, Blood Father) y la carismática pareja protagonista. A resaltar el increíble- pero gozoso- tiroteo y huída del último tercio.