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Juanfraner rating:
2
2015
6.0
179
Documentary
Reveals the events behind Kurt Cobain's death as seen through the eyes of Tom Grant, the private investigator that was hired by Courtney Love in 1994 to track down her missing husband (Kurt Cobain) only days before his deceased body was found at their Seattle home. Cobain's death was ruled a suicide by the police, but doubts have circulated for twenty years as to the legitimacy of this ruling, especially due to the work of Mr. Grant, a ... [+]
Language of the review:
- es
December 5, 2015
12 of 17 users found this review helpful
Déjenme resumir este documental en una palabra: basura.
Ahora déjenme clarificar que fui —soy— un gran fan de Nirvana. Que creo que Courtney Love es una mentirosa compulsiva y que soy incapaz de creer una sola palabra que salga de su boca. Y que visto el documental me parece plausible que la investigación policial del caso Cobain fuese una chapuza y que el Departamento de Policía de Seattle esté intentando cubrirse el culo.
Pero, sinceramente, no creo por un momento que Courtney Love mandara asesinar a su marido y camuflarlo como un suicidio para evitar un divorcio.
El documental habla de que sólo enumera "hechos objetivos", pero es mentira. Su "agenda oculta" es clara; quiere dirigirnos a la ÚNICA CONCLUSIÓN posible, la que hace que todo las piezas "misteriosas" encajen: fue un asesinato. Y Courtney su "autora intelectual". Y como buena teoría conspiranoica, lo hace manipulando ciertos hechos para encajarlos con la teoría de la persona, Tom Grant, que nos intenta vender la moto.
Basura.
Sólo me detendré en uno de los "hechos". Uno que echa por tierra la credibilidad de Tom Grant y el documentalista al que, pobrecito, se la ha colado doblada. Durante la película aparecen algunos "expertos" en medicina forense que nos dicen, por activa y pasiva, que con 1,5 mg/L en sangre de heroína (que es la cantidad que encontraron en el cuerpo de Kurt Cobain) no puedes estar consciente, y menos dispararte en la cabeza. Mmm, sí, suena sospechoso.
Si no fuese porque...
Ahora déjenme clarificar que fui —soy— un gran fan de Nirvana. Que creo que Courtney Love es una mentirosa compulsiva y que soy incapaz de creer una sola palabra que salga de su boca. Y que visto el documental me parece plausible que la investigación policial del caso Cobain fuese una chapuza y que el Departamento de Policía de Seattle esté intentando cubrirse el culo.
Pero, sinceramente, no creo por un momento que Courtney Love mandara asesinar a su marido y camuflarlo como un suicidio para evitar un divorcio.
El documental habla de que sólo enumera "hechos objetivos", pero es mentira. Su "agenda oculta" es clara; quiere dirigirnos a la ÚNICA CONCLUSIÓN posible, la que hace que todo las piezas "misteriosas" encajen: fue un asesinato. Y Courtney su "autora intelectual". Y como buena teoría conspiranoica, lo hace manipulando ciertos hechos para encajarlos con la teoría de la persona, Tom Grant, que nos intenta vender la moto.
Basura.
Sólo me detendré en uno de los "hechos". Uno que echa por tierra la credibilidad de Tom Grant y el documentalista al que, pobrecito, se la ha colado doblada. Durante la película aparecen algunos "expertos" en medicina forense que nos dicen, por activa y pasiva, que con 1,5 mg/L en sangre de heroína (que es la cantidad que encontraron en el cuerpo de Kurt Cobain) no puedes estar consciente, y menos dispararte en la cabeza. Mmm, sí, suena sospechoso.
Si no fuese porque...
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
No clamo ser un experto en medicina forense, pero sí que soy un bioquímico de profesión que cree en la evidencia científica sobre las elucubraciones conspiranoicas. No me costó más de diez minutos encontrar este reporte del National Drug & Alcohol Research Center de Australia en el que miden la concentración de heroína en sangre de voluntarios toxicómanos con un largo historial de consumo. En algunos de ellos se encontraron concentraciones de heroína superiores de 1,45 mg/L, y esta fue medida DESPUÉS de que rellenasen un cuestionario y fuesen sometidos a unas preguntas de control —el reporte se puede consultar aquí: https://ndarc.med.unsw.edu.au/sites/default/files/ndarc/resources/T.R%20039.pdf
Señores, yo creo en la buena ciencia. Aquí tienen un dato objetivo, que forma parte de un reporte de médicos, científicos, que estudian a los drogodependientes. Un dato que refuta uno de los puntos fuertes de la teoría de la conspiración, ya que, sí, con 1,5 mg/L de heroína en sangre puedes estar lo suficientemente consciente como para dispararte con una escopeta, por mucho que sea una burrada de cantidad que mataría a la mayoría de la gente. Y no sólo se infiere claramente de que es posible para un yonqui estar consciente con esa cantidad, sino que en el documento también se reporta un caso real de una mujer que se suicidó de un disparo en la cabeza con 1,2 mg/L de heroína en sangre.
Los "expertos" pues consultados por el documentalista no son de fiar: están afirmando tajantemente que algo es imposible cuando es manifiestamente posible.
Visto lo visto soy incapaz de creerme nada que me estén contando y que las piezas que "no encajan" —la posición de la muñeca que sostiene la escopeta, la posición de cartucho, etc.— probablemente tengan alguna explicación.
Tom Grant es descrito en el documental como gran investigador. Sí, Tom Grant es un gran investigador, pero en tamaño corporal, no en excelencia investigadora. Un listo, vamos, que no duda en torcer los datos para que encajen con SU visión de lo ocurrido.
Por ello este documental merece pasar al cubo de la basura de la historia. No es más que morralla para alimentar a cuatro fanáticos conspiranoicos con menos capacidad crítica que un periodista de Intereconomía.
Así que si lo quiere es un buen documental sobre Kurt Cobain vea 'About a Son' (AJ Schnack, 2007). No pierda el tiempo con esta infamia.
Señores, yo creo en la buena ciencia. Aquí tienen un dato objetivo, que forma parte de un reporte de médicos, científicos, que estudian a los drogodependientes. Un dato que refuta uno de los puntos fuertes de la teoría de la conspiración, ya que, sí, con 1,5 mg/L de heroína en sangre puedes estar lo suficientemente consciente como para dispararte con una escopeta, por mucho que sea una burrada de cantidad que mataría a la mayoría de la gente. Y no sólo se infiere claramente de que es posible para un yonqui estar consciente con esa cantidad, sino que en el documento también se reporta un caso real de una mujer que se suicidó de un disparo en la cabeza con 1,2 mg/L de heroína en sangre.
Los "expertos" pues consultados por el documentalista no son de fiar: están afirmando tajantemente que algo es imposible cuando es manifiestamente posible.
Visto lo visto soy incapaz de creerme nada que me estén contando y que las piezas que "no encajan" —la posición de la muñeca que sostiene la escopeta, la posición de cartucho, etc.— probablemente tengan alguna explicación.
Tom Grant es descrito en el documental como gran investigador. Sí, Tom Grant es un gran investigador, pero en tamaño corporal, no en excelencia investigadora. Un listo, vamos, que no duda en torcer los datos para que encajen con SU visión de lo ocurrido.
Por ello este documental merece pasar al cubo de la basura de la historia. No es más que morralla para alimentar a cuatro fanáticos conspiranoicos con menos capacidad crítica que un periodista de Intereconomía.
Así que si lo quiere es un buen documental sobre Kurt Cobain vea 'About a Son' (AJ Schnack, 2007). No pierda el tiempo con esta infamia.