Criaturas con alas tendrían que haber ayudado a Rowan Woods para que esta película funcionase; evidentemente no lo hicieron. "Winged Creatures" no es original, no está bien dirigida, posee un guión mediócre falseado por frases ocurrentes. Y además aburre. Lo que tenemos frente a nuestros ojos no es más que la quincuagésima copia mala -entre ellas una que ganó el Óscar- de 21 Gramos; y al igual que en la mayoría de esas regurgitaciones cinematográficas, lo único decente son las actuaciones, y tal vez parte del acabado técnico.

En base a una premisa bastante buena (pero para nada original), vemos la vida de 5 personas tras la tragedia: Una niña que pierde a su padre y se vuelve una adicta a la religión (muy bien interpretada por Dakota Fanning); un adolescente amigo de la chica que exterioriza su dolor con el silencio (un apagado Josh Hutcherson); un médico que busca a quién salvar (en la carne de Guy Pearce, muy correcto); también un jugador compulsivo que tomará esto como un golpe de suerte (desastrosa la labor de Forest Whitaker); y la camarera -que ajena a los demás- aún debe lidear con su bebé que no la deja dormir (aplausos para una ascendente Kate Beckinsale, esta chica va a ganar un oscar dentro de algunos años).

Esas cinco historias, algunas muy bien definidas (en especial la de Fanning y Beckinsale), pretenden emocionar y subyugar sin conseguirlo; las relaciones entre una y otra se resumen a el comienzo marcado por la primer escena, pero nada más. No hay un argumento fuerte a manos del guión para justificar el echo de que esta cinta sea un largometraje. Los cinco trozos de la trama flotan distraidamente en pantalla, encontrándose únicamente bajo la labor de una buena edición, pero repito: no hay una relación esencial entre ellas, y no la habrá nunca pese a la patética frase del final: "Los finales son comienzos".... Sí, en este caso el final de la primer escena es el comienzo de una idea mal aprovechada.

Malogrado melodrama de cafetería, lleno de baches, que deja más preguntas que respuestas.