Ironclad, tiene tanto valor como sus protagonistas, y esa es la razón por la que al igual que ellos, ha pasado desapercibida al público en general, aunque no será olvidada. En esta cinta, el espectador podrá ver cómo se vivía realmente en la edad media. En la Inglaterra que gobernó el Rey Juan tras la muerte de su hermano Ricardo, la mayor parte del terreno eran bosques y pantanos, la niebla cubría el terreno hasta donde alcanzaba la vista la mayor parte del tiempo, la gente y los sitios en los que vivían eran duros y muy muy sucios y prácticamente todo el mundo tenía que luchar por su vida a diario ya fuera por ser atacados, por enfermedades o por el peligro de morir de inanición.

La película cuenta con un reparto lleno de grandes actores. Paul Giamatti interpreta de manera grandiosa y escalofriante al Rey Juan, que sucedió en el trono a su hermano Riacardo Corazón de León, Brian Cox interpreta a uno de los barones que obligaron al Rey a firmar la carta magna, tratando de asegurar unas condiciones mínimas para todos los ciudadanos, en su equipo encontramos a Jason Flemming, en el que es como mínimo uno de los mejores papeles de su vida, ya que a pesar de no ser protagonista sobresale mucho, Mackenzie Crook, conocido por The Office (UK) y la saga Piratas del Caribe, y James Purefoy (Marco Antonio en "ROMA") interpretando una figura que no suele aparecer en cine, la del templario que ha vuelto de las cruzadas totalmente traumatizado por los horrores que ha visto y cometido, y regido por el estricto código moral de su orden. Cabe destacar la actuación de Derek Jacobi, que lo borda como siempre.

En resumen, esta película cuenta una parte de la historia que si bien es rigurosamente cierta, (una verdadera lección de historia), ha sido ignorada por el gran público. La cinta ofrece una visión cruda y realista de la vida y la gente de la edad media, y gracias a la fotografía y escenografía se muestra que el mundo era un lugar frío, duro y sin piedad, y que por esa razón, la gente también tenía que ser fría, dura y sin piedad. Una verdadera apuesta por la calidad técnica y argumental que encantará a todo aquél que disfrute del buen cine, porque aunque no está pensada para que los chavales de 14 años salgan del cine con un nuevo ídolo libertario, tiene mucho más mensaje y calidad que blockbusters como Braveheart y un gran valor histórico, lo cual no es fácil
Ironclad es auténtico cine