Es un consejo, porque Fernando, más que cayo, es un gafe. Preguntad si no a Belén Rueda, que estaba casada con él en otra peli de casa en las afueras y le perdieron a un hijo.

En Secuestrados hay mucha adrenalina, muchos gritos y poca dicción. Puedo asegurar, y aseguro, que la acción hubiera quedado más convincente si la chica protagonista no pareciese una rana con hipo.

La cosa da mal rollo y pereza a partes iguales. La primera secuencia es, como su propio nombre indica, de primera. Pero después de los créditos se cumple la predicción (sin dicción) de que esto es una caricatura burda del cine de Haneke, pero sin parecerse demasiado al cine de Haneke. Qué entelequia.

La peli consigue su objetivo, no lo negaré, pero la última secuencia es la prueba de que el director es un gilipollas. Lo de culminar con musiquilla pizpireta no es un invento suyo. Ya se ha visto en otras pelis de terror mucho más gamberras y livianas que ésta. Pero poner esa música justo después de que…