George A. Romero puede ser muchas cosas, pero cachondo, lo que se dice cachondo, el hombre no es. Que nadie espere encontrar aquí una comedia de terror a lo Sam Raimi o a lo Peter Jackson.

Stephen King es tan prolífico como irregular, y aquí lo demuestra. Es capaz de lo peor (sus pinitos como actor en el segundo corto –el segundo corto en sí-) y de lo mejor (“La marea”)

LA MAREA:
King confecciona un cuento apasionante: el maquiavélico plan de un hombre que busca venganza al sentirse traicionado. Un cuento cuya estructura y cuyo final le hacen digno de recordarnos a los mismísimos cuentos victorianos. La puesta en escena de Romero también hace mucho al efecto. La sobriedad, el bien medido ritmo y el derroche de fantasía final, hacen de este corto una joyita para amantes de los relatos de terror clásicos.

Del resto de los cortos (5 en total, más el epílogo y el prólogo), sólo cabe reseñar 2 cositas:
1-La original puesta en escena a base de viñetas de cómic.
2-Lo perfectamente asqueroso que es el último corto. Sobre todo, da grima pensar que en esta época no se digitalizaba nada, así que, cada uno de los bichos que salen (decenas, tal vez cientos) estuvieron de verdad recorriendo el set de rodaje.

Si no fuese por “La marea”, le hubiese cascado un 2.