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triforme rating:
9
Thriller. Mystery The take-no-prisoners sex thriller from 1992 now stands as a milestone in the career of screenwriter Joe Eszterhas, but in the hands of director Paul Verhoeven Basic Instinct is an undeniably stylish and provocative study of obsession. In the role that made her a star (and showed the audience a little more skin than she intended), Sharon Stone plays the cleverly manipulative novelist Catherine Tramell who snares San Francisco detective ... [+]
Language of the review:
  • es
September 23, 2010
30 of 36 users found this review helpful
¿De qué va?:

El agente del FBI Nick Curran (Michael Douglas), de pasado turbulento y expediente abierto recibe el encargo de investigar a Catherine Tramell, una escritora maciza que es sospechosa de un crimen mediante el viejo método de agujereamiento del torso con punzón de hielo en el momento del orgasmo obtenido mediante la postura del potro desbocado, conocido método que ella misma utilizó en el argumento de una novela escrita años atrás.

Con esa pista como punto de partida Nick entablará una relación extrañamente sensual con Catherine, que parece saber todo de él e incluso planea escribir un libro sobre un agente del FBI que es asesinado...

Crítica:

Pongamos las cosas en su sitio, Instinto básico es una gran película, un thriller erótico de manual (manual en ambos sentidos, de formato thrillerístico clásico y de uso de la mano opcional en alguna escena). Paul Verhoeven, que sabe hacer buen cine y lo ha demostrado sobradamente, hace uso de todos los tics del género con una solvencia espectacular, y nos dosifica la información en la dosis justa para que la película no decaiga en ningún momento hasta llegar al clímax final.

Mención aparte merece la carga erótica del filme, y es que al cineasta holandés, al que siempre le ha gustado rodar escenas subidas de tono, se las pusieron como a Felipe II con el reparto, ya que además del glamour erótico festivo que desprende la Stone, que estaba en su momento álgido, resulta que la Jeanne Tripplehorn con su aire de mosquita muerta y sus labios carnosos también tiene lo suyo, y el bueno de Michael Douglas, que no se quita la cara de salido en toda la película, algo al parecer sencillo para él ya que por aquel entonces era adicto al sexo (lo que no entiendo es por qué narices se ha quitao, ¡rajao, que eres un rajao!), la pone convenientemente en su sitio para deleite del espectador en una de las escenas folladoras mejor rodadas de la historia del cine no—porno (9 de cada 10 pajilleros lo confirman, el otro es gay).

Para la posteridad quedará siempre el cruce de piernas de la Stone, dejando entrever un chochito delicatessen mientras Newman, el archienemigo de Jerry Seinfeld, es mostrado en primer plano tragando saliva y descomponiéndose por momentos.

Muy buena.
triforme
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