Como también hay que hablar de fallos, voy a empezar con algo esencial de la película y que a mí se me ha hecho excesivo, falso y recargado, hasta el punto de apartarme del tono de la obra: el montaje. Esos colores, esos planos absurdos, esas formas tan... tan "kitsch", me parece que, en vez de reforzar las sensaciones, llevan el potencial visual de la obra a un extremo insoportable. Que esto funcionara en "Amélie" (que por otro lado es argumentalmente muy distinta) no tiene por qué ser una garantía.

También me caen mal un par de monólogos de Julien, el de Racine (vamos a citar autores porque sí) y el previo al accidente de coche (¿cuántas referencias pop podemos acumular en dos minutos?). Qué pesaditos los dos.

Argumentalmente, creo que una de sus mayores carencias se encuentra en el desarrollo de la relación entre Julien y su familia, en especial su madre. El problema de esta parte es que se sugiere algo que al fin y al cabo es muy importante para entender al protagonista y sus motivaciones, su relación con el entorno cercano y demás, pero se queda en una idea. Simpática, pero muy poco satisfactoria y si nos ponemos exigentes bastante tópica. Y creo que en algún momento se podría haber dejado de lado la obsesión de Julien y Sophie y analizar más detalladamente el impacto que su actitud tiene en los que les rodean, porque desde luego todo lo referente al padre queda muy difuminado.

Por último, debo decir que no me gustó el final. Pero no porque fuera un sinsentido, es más, creo que a un amor tan extremo le pega perfectamente un final extremo como el que nos da esta película, pero es que es algo tan evidente que durante todo el metraje albergas esperanzas de que no vayan a recurrir a eso. Qué sé yo, que se hubieran distanciado para siempre, que se olvidasen con el tiempo, que siguieran con una vida gris deseando reencontrarse algún día, o incluso que encontraran la forma de ser felices juntos. Pero si desde el primer momento que les veo, pienso que van a acabar expresando su amor eterno en el último momento de sus vidas, como es natural la resolución no me pilla de sorpresa, por lo que no me arranca sensaciones tan fuertes como debería. Y bueno, la forma de morir es un poquito ridícula, en este punto podría habérselo currado más el guionista.

Meloso, hasta el punto de lo insoportable, y muy reiterativo el montaje final de los besos que nunca se dieron. En fin, una conclusión para olvidar, lo único que salvo es el último plano de la caja encima del bloque de hormigón.