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antonio1004 rating:
3
Comedy. Action. Thriller Coco (Hendler) has just moved to a new apartment with his wife Pipi (Stuart), who's seven months pregnant. At first, they don't seem to notice the growing chaos around them, but when authorities quarantine their building after a deadly pandemic breaks out, Coco joins forces with his off-kilter, but well-prepared and stocked next-door neighbor Horacio to defend his refrigerator and keep Pipi safe. Meanwhile, outside the building, Buenos ... [+]
Language of the review:
  • es
December 3, 2011
9 of 26 users found this review helpful
Después de sufrir la sensación de psicosis y perturbación que generaba en todo el mundo el virus propagado en la magistral Contagio (Steven Soderbergh, 2011), no nos pueden venir con milongas argentinas como Fase 7 (Nicolás Goldbart, 2010), que no respetan al espectador ni muestran un mínimo interés por la recreación e inmersión en el Apocalipsis, aunque este suceda de fondo, mientras la cámara pone su ojo en lo que ocurre en una escalera de vecinos.

Y lo que ocurre no tiene ningún sentido ni tampoco puede aspirar a ser verosímil, cuando Federico Luppi se convierte en una máquina de matar el fin del mundo es lo de menos. Como si fuera lo más normal del mundo, una secuencia de brutales asesinatos e innecesarias escenas de acción se suceden en el interior de un edificio mientras la gente muere allá afuera víctima de un virus mortal. El supuesto tono cómico de la película empeora las cosas, ya que la gracia, de haberla, está limitada al número de veces que se diga pelotudo en una frase, o a la cantidad de hemoglobina que salga disparada. No hay nada que justifique el desarrollo de los hechos, ni menos que la pobre embarazada no se entere de absolutamente nada de lo que pasa, en una historia que no logra redimirse en su tramposo final, aunque así lo intente.

Todo, a ritmo de una machacona y sobreutilizada banda sonora que fusila la música de las películas de John Carpenter sin descaro ni decoro, ya que no solo está lejos de recrear la tensión ni el estilo de su cine, sino que cuando en aquellas el enemigo invisible está en el exterior, aquí no sentimos ningún peligro fuera del edificio, porque tampoco sabemos lo que está sucediendo fuera, ya que así lo obvian sus personajes y el propio director. Los títulos de crédito finales a lo 1997: Rescate en Nueva York (John Carpenter, 1981) tampoco son suficiente homenaje, aparte de llegar demasiado tarde.
antonio1004
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