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Spain Spain · Oviedo
babayu rating:
8
Drama. Comedy Ariel Perelman is a lawyer like his dad. But there is one huge difference between them. While his father represents a colourful array of criminals, Ariel has more to do with ghosts… In other words, he works for a legal department which represents its clients in their absence, so his life is rather dull. Then things start to change for the better. Ariel marries a beautiful woman who had previously seemed unattainable. He has a child with ... [+]
Language of the review:
  • es
November 7, 2008
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Conocí a Daniel Burman gracias a la excelente segunda parte de lo que se dio en llamar su "trilogía judeo-argentina", El Abrazo Partido, de la que ésta es su final (y Esperando al Mesías su primera entrega). Frente al indiscutible toque "alleniano" de su predecesora, aquí el guionista y director nos entrega una peli pausada y delicada, que va fluyendo y dejando ver progresivamente los mecanismos que rigen el funcionamiento de esa familia de abogados, los Perelman, distribuyendo la narración en varios registros: por una parte, la relación de sangre, directa, entre el padre, Bernardo, el hijo, Ariel (otro Ariel en la carrera "burmaniana" de Daniel Hendler, tras sus precedentes Goldstein y Makaroff), y el nieto, Gastón (a quien encarna el hijo del director); al principio parece que intuimos cierto mal rollo, o frialdad paternofilial, pero, avanzada la trama, observamos que realmente es una relación donde el amor y el respeto son los que guían su evolución. Por otro lado, tenemos a la esposa de Perelman Junior, Sandra (espléndida Julieta Díaz), que cuando interactúa con su marido nos ofrece los mejores momentos de humor, pero todo suave, tranquilo, sin estridencias. En el mismo nivel podemos situar a la que para mí es lo mejor de la peli, esa abnegada y fiel secretaria, Norita (grandísima Adriana Aizemberg), cuyo trabajo con el viejo Perelman parece ir más allá del mero vínculo laboral.
Finalmente, y casi tenemos que intuirlo, la peli tiene una tercera esfera, donde juega muy sutilmente con la situación socioeconómica argentina, al igual que da pistas sobre la religión y ese mestizaje cultural tan particular que configura el alma de ese país tan apasionante, lo que nos deja cada año un par o tres de obras maestras cinematográficas.
No me olvido de la banda sonora, una música a cargo de César Lerner, muy cercana al minimalismo, adecuadísima para una peli en la que no pasa practicamente nada, muy lejos de la ansiedad de los vecinos del norte porque estén sucediendo cosas todo el rato.
babayu
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