¿No decían algo así los hermanos Marx en alguna de sus películas? Creo que sí, o al menos ellos me han inspirado esta idea mientras veía «Enviado especial», película propagandística en pleno 1940, habría que especificar que con todo derecho, porque en Europa las cosas no iban nada bien y Hitchcock era, después de todo, un británico comprometido.

La película casi ni merecería comentarios, porque habla por sí misma de su absoluta mediocridad. Por favor, si es que no hay por dónde meterle mano. Entre «la guerra empieza mañana», así, con toda premeditación y sin secretismos; las cláusulas no escritas y, por lo tanto, no firmadas y, por supuesto, sin validez, toma McGuffin...; entre el viejete drogado que pone unas caras de risa y su escritura ininteligible; entre el «misterio» de los coches desaparecidos con unos bonitos molinos de viento delante de ti (¡hay que ser idiota!) y la acción habitualmente chapuza del amigo Alfred, «Enviado especial» se cae por su propio peso como cinta de intriga y suspense. Sólo es rescatable por sus momentos de humor, algunos involuntarios y otros a conciencia, como ese brillante «¿habla usted alemán?» de George Sanders.

Si Hitchcock tiene trabajos malos, este es uno de ellos sin ningún género de dudas. No hay por qué negar lo evidente.