Di que sí, Jerry. Que los Gobienos nos engañan, los Estados nos ocultan información, las empresas juegan con nosotros... No sé si lo he dicho aquí o en otro sitio: me apunto a todo lo que suene a conspiración, que ese mundillo da mucha vidilla en el día a día, y más cuando compruebas las caras que pone la gente cuando les dices que sí, que todo es verdad. Que falta de imaginación tienen algunos.

Richard Donner dirige para su «Conspiración» a Mel Gibson, que no necesita que ningún director le diga lo que tiene hacer, y a una insípida y mortecina Julia Roberts, de quien creo que ni aún diciéndoselo puede salvar su interpretación, si es que a lo que ella hace con el lamentable personaje de Alice se le puede llamar «interpretar». Con esta película he comprendido lo que significa no tener química, en este caso entre el hombretón de Gibson y la sosa de Robets; es que no hay nada, nada, nada de feeling entre ellos, lo que lleva a que la relación amorosa sea un desastre que es mejor obviar.

El resto de trama conspiranoica se mantiene al principio, pero a medida que la cosa avanza y tiene que complicarse al mismo tiempo que aclararse, se lía y se pierde en teorías y argumentos que están mal contados. Además, sobran minutos, desperdigados sin demasiada gracia, y congruencia en las acciones y reacciones; porque no es normal, por ejemplo, que después de sufrir un ataque directo con bombas, uno se vaya a su casa tan tranquilo y se quede pensando en si creer o no que te quieren matar...

Rescatable prácticamente por el afortunado protagonismo de Mel Gibson, que está enternecedor, adorable y convincente siendo héroe de acción, como es lógico. Además, para que no nos quejemos tanto y la película cobre interés, Gibson acaba maniatado y empapado de agua, lo que tampoco es la primera vez.

Yo te creo, Jerry.