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davidmdehaza rating:
8
Comedy 'The Disaster Artist' is the true story of the making of the film 'The Room', which has been called "the Citizen Kane of bad movies". Tommy Wiseau’s cult classic has been screening to sold-out audiences nationwide for more than a decade. 'The Disaster Artist' is a buddy comedy about two outsiders chasing a dream. When the world rejects them, they decide to make their own movie – and it’s a movie so wonderfully awful due to its ... [+]
Language of the review:
  • es
October 15, 2017
3 of 7 users found this review helpful
“Visions are worth fighting for. Why spend your life making someone else’s dream?”

James Franco dirige y protagoniza “The Disaster Artist”, traslación a la pantalla del libro de mismo título, que relata la preparación y el rodaje de “The Room”, la cult-movie definitiva del Siglo XXI, una obra vilipendiada y aplaudida a partes iguales, tan abominable como fascinante, delirio loquísimo y fantasía personal de ese misterioso personaje llamado Tommy Wiseau.

La cita que encabeza este texto, por cierto, es una de las frases con las que Orson Welles se dirige a Edward D. Wood Jr. en el encuentro casual en un bar que se produce entre ambos en una de las escenas más bonitas de “Ed Wood”, seguramente la mejor película de Tim Burton. Dicha cita, incluida en la película a la que probablemente más certeramente retrotrae “The Disaster Artist”, no está escogida de manera aleatoria, puesto que la esencia de la cinta de James Franco bien podría resumirse con esas palabras. Y es que “The Disaster Artist” es en realidad una película sobre la obsesión de una persona y la determinación con la que dicha persona quiere dar forma a esa obsesión. La visión perseguida por Tommy Wiseau, su sueño anhelado, es actuar, interpretar, insuflar vida a las palabras escritas en un guion. Y en la persecución de su sueño, ante la falta de oportunidades externas, él decide crear la estructura donde fortificar ese sueño: hacer su propia película, poner las palabras y luego las imágenes para satisfacer esa pulsión vital, creando involuntariamente una de las aberraciones cinematográficas más brillantes que existirán jamás.

Si una de las virtudes de “The Disaster Artist” es la mimetización casi irreal que consigue con “The Room”, calcando al milímetro las icónicas escenas de la película de Wiseau, otra es el demencial juego de máscaras presentado a través de la doble transmutación de los personajes. Así, vemos por ejemplo a James Franco como Tommy Wiseau y a James Franco como Tommy Wiseau como Johnny (el personaje protagonista de “The Room”). Auténtica metaexpresividad, gracias a la cual algunas de las incógnitas que se plantean de forma más o menos velada, como la atracción latente de Wiseau hacia Greg Sestero (Dave Franco en el film), coprotagonista de la película, adquieren una carga dramática casi pasoliniana enfrentada a una hilaridad ciertamente inaudita.

En realidad, pese a que pueda parecer lo contrario, “The Disaster Artist” es una película notablemente compleja. Se trata de un drama canónico, algo que incluso se nos avanza desde el principio de la película con la partitura de entrada, un score grave a cargo de Dave Porter, que remotamente recuerda al de Angelo Badalamenti para “Mulholland Drive” (de nuevo, los sueños truncados de triunfo en Hollywood), pero estamos ante una de las películas más divertidas que he visto en bastante tiempo. De igual forma, por seguir enumerando las virtudes contradictorias de la película, estamos ante grandes interpretaciones dando vida a penosos intérpretes, en una especie de gran broma en continuo sobre los éxitos y miserias de ser actor

Como ocurría con, insisto, su referente más cercano, “Ed Wood”, Franco mantiene el respeto casi compasivo por Wiseau de la misma forma que Burton profería sobre la figura de Wood. Pero, lejos de la romantización del fracaso sugerido en aquella, en “The Disaster Artist” la visión sobre la ruina creativa cinematográfica es descarnada y a la vez hilarante. Se trata en definitiva de un ejercicio único y extremadamente divertido a propósito de las inconscientes maravillas que el caos más puro puede generar. El milagro de la entropía aplicado al acto creativo. Pura orfebrería cinematográfica.
davidmdehaza
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