88 es una de esas películas que con solo ver los primeros veinte minutos ya sabes si te va a gustar o no. Bueno, en este caso, los veinte primeros minutos son mas que suficientes para correr a por el mando a distancia y poner fin a esta locura fílmica del aburrimiento y la mediocridad mas absoluta y caótica que he visto hasta el momento. Y es que he tenido la desgracia de ver un buen número de películas malas, pero es que esta se lleva la palma y no precisamente de premios, como el que le concedieron a este truño en el festival de Gijón... Ver para creer.
Pero como suelen decir no hay mal que por bien no venga y es que cuando al fin uno se encuentra con una que destaca por su brillantez, se aprecian mejor sus resultados, disfrutando de cada uno de sus fotogramas. Sin embargo, éste no es el caso.

88 está realizada bajo la tupida red de ideas de una historia confusa. Carente de ritmo y sentido unido a la fría interpretación de sus personajes; la mayoría de ellos con muchas tablas sobre el escenario, lo que llega a chocar aún mas, porque no nos encontramos ante una película de aficionados al cine, que se van un fin de semana al pueblo a grabar unas imágenes con los colegas para ver lo que sale. En ese caso, sería comprensible, pero es que 88 es como su argumento, algo incomprensible y surrealista que no hay por donde cogerlo.