Fue la primera de la serie de películas que hicieron juntos Bing Crosby y Bob Hope. También Dorothy Lamour les acompañó en algunas de ellas. El propósito era entretener y divertir al público, que se olvidara de sus problemas y a ser posible del mundo (inmerso ya en la Segunda Guerra Mundial). Las películas cumplían ese propósito aunque las gracias -sobre todo las de Hope- dejaran bastante que desear. Pero lo que no puede negarse es que el público de entonces, la gente del pueblo, las necesitaba. Todos nosotros si hubiésemos estado allí las habríamos necesitado. Habríamos necesitado un poco de alegría, un poco de música y un poco de belleza.
El argumento gira en torno a Josh Mallon, marino, vividor y mujeriego, al que su millonario padre pretende casar con una chica de la alta sociedad para que siente la cabeza y se quede en tierra firme dirigiendo sus negocios. Sin embargo, Mallon huirá a Singapur con su inseperable amigo Lannigan para seguir viviendo exóticas aventuras.
La película es un escape, una evasión a otros mundos. Debemos ser condescendientes con ella. Ver el lado bueno: la alegría de vivir, la voz 'especial' de Crosby, el tono romántico de algunas escenas. Aunque si encontramos quien se aburra como una ostra, le 'carguen' las canciones de Crosby y se pregunte a quién diablos podía hacer reir Bob Hope, también podríamos darle la razón.