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Ferdydurke rating:
3
5.2
54
Western. Drama
A stranger arrives in a sleepy border town, where he witnesses how a Mexican army regiment is killed by bandits, who take the place of the soldiers in a lucrative deal with the American army. The stranger is hired by the bandits to ‘identify’ them as Federales, but when he’s done his job, the bandit leader tries to eliminate him. The stranger manages to escape but is then trapped and brutally tortured. One of his torturers is a woman ... [+]
Language of the review:
- es
January 5, 2023
2 of 2 users found this review helpful
Nananana... nananana... nananana...
El malo es Eli Wallach.
Esta película tiene violencia desmedida y sin sentido como puro placer físico sexual, una banda sonora como contrapunto juguetón constante, los malos, terribles, los buenos, sin nombre, son nadie, aparecen de la nada a la que, se supone, a no tardar, vuelven al final tras su problemático periplo pistolero (indudable metáfora sobre la misma vida), pueblos abandonados, fantasmas, México, cabrones, soldados de la unión, confederados o entrambos, mujeres guapas a rabiar, tremendas dificultades engorrosas y un protagonista que, antes de resolver definitivamente el vidrioso asunto en cuestión como se debe o los cánones mandan, deberá purificarse, palizón mediante, a través del horror dolor, ese calvario inevitable o martirio necesario de todo héroe antes del clímax/oda al muere, del aquelarre o hecatombe, de la catarsis o apocalipsis y su cierre, gran acabose.
Tiene un ritmo lento interesante y cadencioso que lo clava, suavemente con tu dulce canción me envenenas me matas, una musiquilla la mar de simpática, perversión de cartoon y un tono tan relajado lo mismo que agujeros de guion como el cañón del colorado, disparates a cientos y sinsentidos a patadas o cascoporro, un sonrojo.
El malo es Eli Wallach.
Esta película tiene violencia desmedida y sin sentido como puro placer físico sexual, una banda sonora como contrapunto juguetón constante, los malos, terribles, los buenos, sin nombre, son nadie, aparecen de la nada a la que, se supone, a no tardar, vuelven al final tras su problemático periplo pistolero (indudable metáfora sobre la misma vida), pueblos abandonados, fantasmas, México, cabrones, soldados de la unión, confederados o entrambos, mujeres guapas a rabiar, tremendas dificultades engorrosas y un protagonista que, antes de resolver definitivamente el vidrioso asunto en cuestión como se debe o los cánones mandan, deberá purificarse, palizón mediante, a través del horror dolor, ese calvario inevitable o martirio necesario de todo héroe antes del clímax/oda al muere, del aquelarre o hecatombe, de la catarsis o apocalipsis y su cierre, gran acabose.
Tiene un ritmo lento interesante y cadencioso que lo clava, suavemente con tu dulce canción me envenenas me matas, una musiquilla la mar de simpática, perversión de cartoon y un tono tan relajado lo mismo que agujeros de guion como el cañón del colorado, disparates a cientos y sinsentidos a patadas o cascoporro, un sonrojo.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Le pega un hostiazo al del bar y nunca más de él se sabe, no levanta ya cabeza el pobre, le da otro a la perfecta enemiga, ¿qué sensual horror pretendía la viciosa sádica elementa?, y ahí se queda para los restos la bendita, a él, en cambio, le atizan millones de hostias con generosidad franciscana, literalmente, y tan campante, la vida es injusta, está desproporcionadamente mal repartida, tanto el cielo como el infierno, lo uno como lo otro.
La buena y silente mujer deja al bebé ni sabe cuánto el tiempo ahí solo y cuando vuelve allí que lo encuentra sano y salvo, perfecto, claro.
Alargan demasiado la tontería metralleta final, se pasan de la raya, son como niños.
La buena y silente mujer deja al bebé ni sabe cuánto el tiempo ahí solo y cuando vuelve allí que lo encuentra sano y salvo, perfecto, claro.
Alargan demasiado la tontería metralleta final, se pasan de la raya, son como niños.