Érase una vez una mala chica que se volvió buena. Como Mr. Scrooge.
Con una idea tan brillante es difícil hacer una película mala. Y no, afortunadamente no: se cumple el expediente con buena nota, la del cachondeo humilde, correcto, en su sitio, bien puesto.
Una buena y guapa actriz y una precisión relojera para ir cumpliendo con todos los ritos de paso y, a la vez, ir sumando novedades y alegrías mientras crece.
El planteamiento cínico inicial se agradece, esas zorras deslenguadas que no conocen a nadie y arrasan a su paso, follando y bebiendo como cosacos. Lo que sigue, el proceso repetitivo temporal, tampoco está mal. Sin alardes ni florituras, sin grandes errores o fisuras. Quizás en la parte final, cuando se define más claramente el posible asesino, haya alguna solución horripilante*. Sin duda. Pero se arregla a última hora con buen criterio**.
Resumen: se mezclan elementos de toda la vida (hablar de "Atrapado en el tiempo" es tan evidente que casi ni hace falta, ni de las universidades, hermandades, matarifes, descerebrados, chicos virginales e inocentes, dolores maternales y enfermedades) con sano humor, buena predisposición, unas gotas de necesaria malicia y un aspecto general de trabajo bien hecho, que sabe el terreno que pisa y ni molesta ni se pasa, que trata al espectador con un mínimo de respeto y a su misma historia la cuida y la mima para que no vaya por el mundo hecha un adefesio, hagas lo que hagas, ponte bragas, para que luzca como una bicoca y aire medio nuevo.