Así me lo tomaré, como una noche de parranda en la que haces locuras y que al día siguiente tratas de olvidar mientras te pones a trabajar. Y es que, con todos mis respetos al resto de críticas, hay muchas cosas que Sucker Punch no es. NO ES una provocación salida de un visionario, pues convierte el bullet time en algo obsoleto a fuerza de sobreexplotarlo y visualmente no ofrece nada que no hayamos visto antes (y mucho mejor empleado). NO ES un homenaje al manga o a los videojuegos, pues ambos tienen bastante más guión que esta soberana majadería; Tarantino sí que fue capaz de homenajear y sublimar la Serie B desde el puro cine. NO ES cine comercial al uso pues es inconcebiblemente aburrida, hasta el punto que me costó un triunfo acabarla, y si hay algo que Snyder sabe hacer (o sabía), son películas amenas. En definitiva, NO ES una buena película y si me apuran, NO ES una película, sino una mediocre suma de videoclips e intros de videojuego que no cumple los más mínimos estándares de calidad narrativa; que dios me perdone por lo que voy a decir, pero Transformers tiene más cine que este engendro, pues hay una historia identificable. No se dejen engañar por los que dicen que hay una supuesta estructura narrativa anidada (a lo Origen) o una supuesta reflexión sobre la liberación de la mente o demás patrañas: Sucker Punch es un fracaso comercial y artístico que nadie (incluidos sus defensores), soportará volver a ver en un par de años.