No sé si en realidad Dragonheart es una película bueno, porque lo cierto es que se trata, sobre todo, de una producción destinada al público infantil y a un ámbito familiar. No es una obra que te haga reflexionar sobre nada en concreto, el guión no es perfecto y la factura técnica tampoco.

Aun así, creo que hay un buen número de razones por las que esta película me sigue conmoviendo como el primer día que la vi.

- Los efectos especiales son muy buenos para una producción del año 96 que tampoco tenía grandes medios detrás (las batallas son modestas, al igual que los escenarios)
- El personaje del dragón es simplemente increíble, y el espectador tiene más empatía hacia él que hacia cualquier otro personaje.
- Los actores en general están correctos, aunque el malo saque un poco de las casillas al espectador.
- La historia es simple pero ciertamente original, sin trampas ni giros inesperados, y está narrada con esa misma sencillez que la hace grande.
- Por último, el final (que no desvelaré) contiene una de las canciones que más me han emocionado en una película que, al menos en mi caso, se ha quedado grabada en mi memoria.