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Spain Spain · Valladolid
Hickeystyle rating:
4
Action. Adventure Snake Eyes: G.I. Joe Origins stars Henry Golding as Snake Eyes, a tenacious loner who is welcomed into an ancient Japanese clan called the Arashikage after saving the life of their heir apparent. Upon arrival in Japan, the Arashikage teach Snake Eyes the ways of the ninja warrior while also providing something he’s been longing for: a home. But, when secrets from his past are revealed, Snake Eyes’ honor and allegiance will be tested – ... [+]
Language of the review:
  • es
August 24, 2021
4 of 6 users found this review helpful
Siendo sinceros, viendo como casi cancelan el estreno en salas y que las críticas no eran nada halagüeñas, me esperaba un producto bastante peor y mucho más desastroso. Tampoco os engañéis, ‘Snake Eyes: El Origen’ está lejos, lejísimos de ser un buen blockbuster veraniego con el que, al menos, pasar un buen rato. Pero no es tan mala como la pintaban.

Partiendo de la base de que queremos reiniciar una franquicia con dos entregas que, dicho sea de paso, tampoco eran una maravilla, ‘Snake Eyes: El Origen’ ficha como director al responsable de la entretenidísima saga ‘RED’ Robert Schwentke, pero este no es, claramente, la elección adecuada para tal empresa. Schwentke se siente más cómodo en un terreno más cercano a la comedia, como sucedía en la saga de Willis y compañía y aquí el film abraza ampliamente el cine oriental en las secuencias de peleas y espionaje. Es decir, Schwentke no termina de pillar el punto a su film y si él no lo hace, el espectador tampoco.

No arranca mal, aunque el guión esté más visto que el Clip del Word. Al menos resulta intrigante y llamativa, pero lo peor de todo es que luego cae en un valle en el que la trama debería de sujetar lo que se ve en pantalla y no lo hace, volviéndose bastante, bastante aburrida. Y eso, en una película de verano, es imperdonable.

Los fichajes estrella de Úrsula Corberó y Samara Weaving tampoco lucen demasiado, con muy pocas escenas en las que podamos evaluar su talento. Están, lucen palmito, y se van con el cheque cobrado. Tampoco me termina de resultar todo lo épico que se pretende la rivalidad entre Henry Golding y Andrew Koji.

En resumidas cuentas, si partimos de la base de que esto es G. I. JOE, nos daremos cuenta de que no había que pedirle peras al olmo, puede amenizarnos una tarde tonta en el sofá.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
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