Como leí acertadamente en una crítica puede ser un popurrí de películas, pero a mí la que más me recordó es la invasión de los ultracuerpos, cualquier versión, desde La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel (1956), pasando por la invasión de los ultracuerpos de Philip Kaufman (1978), a la última famosa Invasión de Oliver Hirschbiegel (2007).
El paralelismo es obvio desde el hombre que desaparece, pasando por los capullos en los que vienen envueltos, hasta el famoso grito, aquí utilizado como defensa y en las otras como alarma.
Pues que contar, más de lo mismo, hombre desaparece, vuelve al cabo del tiempo e intenta apoderarse del mayor número de cuerpos posible para la invasión de la tierra. Amigo traumatizado por los hechos busca explicaciones e intenta proteger a la exnovia del desaparecido, todo esto sin intervención policial, ni ayuda local.
Eso sí las muertes muy buenas y algunos toques originales que hace dejar ver la película, pero buena, lo que se dice buena no es, como mucho pasable y exagero.
Además su corta duración hace que no pases aburrimiento, pues desde la aparición del abducido no paran de pasar cosas y eso se agradece.