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Spain Spain · MADRID
Spark rating:
3
Sci-Fi. Action. Adventure Many years after the "Sixty Minute War," cities survive a now desolate Earth by moving around on giant wheels attacking and devouring smaller towns to replenish their resources.
Language of the review:
  • es
May 7, 2021
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Con el grandioso auge del cine de aventuras de fantasía (para muestra la insigne trilogía de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson o la notable saga de "Harry Potter" con largos verdaderamente memorables) era irremediable que la primera entrega (publicada en 2001) de la serie de novelas de Philip Reeve sobre un futuro post-apocalíptico cargado de ataques tecnológicos y personajes juveniles llegara a la gran pantalla. "Mortal Engines" sigue la estela de los largos basados en literatura juvenil dentro de mundos fantásticos o futuristas, donde los héroes luchan contra un sistema social o gubernamental amoral y villano. En los últimos años se han trasladado al celuloide estos productos literarios de forma o bien equilibradamente sólida (casos de la atinada en lo comercial "Los juegos del hambre", la afable serie de "Ready Player One" o la disfrutable trilogía de "Divergente". Y que conste que ninguna de estas sagas es una obra maestra precisamente) o bien de forma torpe y boba (para muestra largos como "The Host" (2013), "El viaje de Max" (2016), "El juego de Ender" (2013) o "El séptimo hijo" (2014) entre muchos otros).

Por desgracia "Mortal Engines" pertenece a este segundo grupo. Con una propuesta atractiva (un futuro en el que los humanos sobreviven a lomos de titánicas metrópolis móviles en guerra unas con otras) que se adapta en el guión de forma errática y excesivamente somera. "Mortal Engines" presenta a numerables personajes tópicos (la protagonista de traumático pasado, el malo muy malo, los secuaces, el interés romántico, los secundarios sacrificables, etc.) y lega una sucesión de escenas de acción reiterativas y alongadas. Es un desbarajuste total, es como si a Steve Kloves o a Peter Jackson les hubieran obligado a resumir las sagas de J.K. Rowling y J.R.R. Tolkien en una sola película y de tanto resumir los personajes solo tuvieran un matiz y se pasearan con premura por unos lances simplones y superficiales. La cinta parece la típica persona que sale de casa con prisas y por ello se deja dentro las llaves, los zapatos y el móvil... pero ahora pasen esa escena a cámara lenta y tendrán "Mortal Engines". Porque la cinta supera las 2 horas de metraje, pero en lugar de aprovechar esos minutos y enriquecer a los personajes con dimensiones o a los acontecimientos con hondanadas el largo opta por insertar acción o momentos de incómodos silencios. Así que lo dicho: personajes planos que resultan pronosticables, y circunstancias que se sueltan de forma tan casual y pazguata que o bien no nos importan lo más mínimos o bien nos resultan demenciales sin pretenderlo.

Junto a ese dejado tratamiento argumental (que no se centra con firmeza en los ángulos de los personajes o la magia innata de su universo imaginativo) tenemos otra losa en la cinta que es ni más ni menos que su joven reparto (Hugo Weaving y Jihae sí están competentes, pero ni Robert DeNiro sería capaz de rescatar esos roles): Hera Hilmar es incapaz de dotar con algo de carisma a su papel, y lo mismo se puede decir de un errático Robert Sheehan que parece estar en una comedia cuando la situación pide drama y viceversa (desde luego no es Rupert Grint. Y es una pena).

El resto de elementos sí son apreciables y aupan la experiencia cinematográfica a lo tolerable en un primer visionado a pesar de que lo que nos cuentan no nos afecte o desvele lo más mínimo. Y es que "Mortal Engines" es muy virtuosa: con un diseño de producción elegante lleno de escenarios (digitales o no) de composiciones armoniosas, fastuosas y acicaladas, con una elección de planos vivaz, con una edición pertinente, con una cinematografía limpia, con una fotografía mayestática, y con un sonido envolvente "Mortal Engines" es esplendorosa como escaparate audiovisual. Siendo unos fuegos de artificio confortables y aseados para con el espectador. El problema es que es una película de ficción y no un castillo de fuegos artificiales. Por lo que el largo queda como "300" (2006) de Zack Snyder o cualquiera de sus cámaras lentas, algo que resulta agradable a la vista pero que no aporta ni siquiera un entretenimiento de peripecias joviales. Solo recomendable a los seguidores de las aventuras distópicas en las que prime más el contenedor que el contenido.

Lo mejor: Su cinematografía (a pesar de que los efectos especiales se noten de forma evidente, no dejan de ser grandiosos).
Lo peor: Me quedo con la apática e indolente actuación de Hilmas como protagonista, todo un desatino.
Spark
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