No me refiero al drama erótico de Vicente Aranda... Ni a inclinaciones, preferencias ni deseos muy ávidos. Es la pasión (padecimiento y sufrimiento) de Billy Hayes (un bello Brad Davies) en una cárcel turca. Culpable por tráfico de hachís, su inicial condena de 4 años, supondrá una dura y dolorosa experiencia que Alan Parker & Oliver Stone narran sin pelos en la lengua como auténticos visionarios del cine del futuro.

En un contexto de finales de los 70 esta película se atreve a condimentar la historia con enormes cargas de sensualidad homosexual, violencia y crudeza, que confieren a la película un estilo muy actual. Sólo la premiada banda sonora (preciosa melodía) interpretada con sintetizadores "tan" de esa época restan contemporaneidad.

Brad Davis (Querelle de Brest) está espectacular.
Y además, actúa muy bien (ja ja...) Enternece, enloquece, excita, asusta...
Sus compañeros de reparto le dan la réplica. Todos ellos personajes bastante rebuscados y trabajados.

Un película imperecedera que recomiendo a todos los que no la hayan visto.