Al principio me lancé a ver esta película únicamente porque tenía ganas de ver más de Margot Robbie, sinceramente, y he acabado dando con un diamante en bruto. La vida de Tonya Harding, una patinadora ruda y de clase baja rechazada por las instituciones y con una trágica vida personal como base de su carrera.

Por un lado, he descubierto la lucha de un personaje que hasta ahora era una sombra para mí y que, aunque algunos la consideran la antihéroe del deporte de los Estados Unidos, yo la he conocido como un ejemplo de fuerza y coraje. El montaje de la película ofrece los diferentes puntos de vista de los personajes, que te permiten profundizar en su complejo carácter a la vez que en los hechos. Y con esto, el espectador es libre de decidir qué creer en esta complicada y polémica historia, que realmente golpeó al deporte americano con fuerza. Por la dificultad que el proyecto sobreponía, me pareció muy ingeniosa la forma en la que han llevado la biografía de esta patinadora al cine, porque la historia de su vida en sí ya es difícil de digerir.

Por otro lado, Margot Robbie, también productora de la película, nos ha regalado probablemente la mejor actuación de su carrera, habiendo entrenado arduamente para patinar con la técnica de la gigante Tonya Harding. Creo que no podemos ser suficientemente conscientes del mérito que algo así conlleva, ponerse bajo la piel de una deportista de su nivel y estar a la altura.

Entre el elenco, también cabe mencionar el Globo de Oro y el Oscar de Allison Janney, con un papel muy fuerte sobre la madre de Harding y una interpretación icónica.

Además, el equipo de vestuario ha hecho un trabajo extraordinario con los maillots, creando piezas casi idénticas a las auténticas. Si los ves en una simple foto, no puedes encontrar diferencias.

Honesta, profunda y brillante. Una gran película.