Como divertimiento esta muy bien hecha, sigue los caminos de Sergio Leone, con un western en la segunda guerra mundial, con pocas reflexiones en las palabras pero mucha con las acciones. Los protagonistas realmentes son unos malditos bastardos, que combaten al fascismo con la violencia deshumanizada del mismo. A lo largo del metraje hacen gala de poca sensibilidad con los derechos humanos, un amor a la violencia terrible y salvaje propia de SS y torturadores. Lo triste de esta pelicula es que el público sale sonriente y justifica la tortura y el asesinato. No importa los inocentes, los obligados, los simples soldados arrastrados a una guerra por un liderazgo y una élite violenta. Tarantino, en su film mas fascista, teje esa historia de amor a la violencia y de justificación del terrorismo del estado con el benaplácito de la crítica y la sonrisa del público.

No hay que negar que la historia entretiene y que las actuaciones son muy buenas. Veala, pero reflexione.