Una pareja decide "huir" en una casa rodante de Buenos Aires hacia una casa de campo escapando de una epidemia.

Estamos ante una película rodada antes de la pandemia por coronavirus y de un poder predictivo asombroso. Qué bueno habría sido poder verla antes y de nuevo ahora.

El director Ariel Martínez Herrera se asesoró con un biólogo para realizarla , pero, afortunadamente, nada más lejos del usual cine apocalíptico que esta película.

Más allá de sus toques delirantes y los inevitables encuentros que toda road movie debe ofrecer a sus protagonistas (todos bien, aunque algunos mejores), el gran acierto de la película lo constituye su opción por el intimismo, mostrando lo que una situación como ésta le plantea a una pareja.

Una película que elude el tremendismo (hay oportunos toques cómicos) y que efectivamente plantea la epidemia como un tema que va redefiniendo la cotidianeidad todo el tiempo, con una gran labor protagónica de Jazmín Stuart y Agustín Rittano y una muy buena banda sonora de Lucas Fridman que acompaña todos los registros de este filme.