Dramón de principio a fin, ambientado en los 80, sobre dos hermanos guatemaltecos, que en vista que en su pueblo corren malos vientos deciden huir a los Usa, haciéndose pasar por mejicanos para que en el proceso los engañen lo menos posible, (parece ser que para los mejicanos los guatemaltecos eran paletos de tercera), tras muchas penurias con los jodios coyotes, consiguen cruzar la frontera y pese al enorme choque cultural que sufren y el acoso de la migra, consigue ir de trabajo en trabajo, siempre superándose. La candidez que derrochan estos dos hermanos, te cautiva y te hace pasar un rato verdaderamente entretenido. A destacar, el impacto que causa ver a un jovencísimo Enrique Castillo, (el jefe de la mafia carcelaria en Sangre por sangre de Taylor Hackford y lugarteniente del alcalde de Tijuana en Weeds), interpretando a un fiel amigo del protagonista. Los más de dos horas que dura, no se te hacen, en absoluto larga.