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El peluquero de Nicolas Cage rating:
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Film noir. Mystery
An unseen man sets the timer on an explosive device. The clock starts ticking down as soon as he stashes it in the boot of a fancy-looking car. Immediately afterwards, a well-heeled businessman motors off with his cheap-looking girlfriend. Through the tawdry streets they roll, until they pass by Mexican lawman Ramon "Mike" Vargas (Charlton Heston) and his new wife Susan (Janet Leigh). As the newly-weds cross over the border, into the ... [+]
Language of the review:
- es
August 5, 2009
216 of 311 users found this review helpful
De acuerdo, según los más entendidos en cine, el mejor plano secuencia de la historia lo podemos ver al inicio de “Sed de mal”, la fotografía rezuma el expresionismo alemán que refleja a la perfección la opresión del ambiente en que se desarrolla la película. Se dice de ella que es barroca, asfixiante y se justifica su caótico guión diciendo que es una parodia del cine negro.
Documentándome un poco antes de escribir la crítica me gustó una opinión de "Cahiers du cinéma" que en el momento de su estreno la definió como “la mejor película de serie B que jamás se haya hecho”. Y es que si por un momento nos abstraemos de que se trata de una película de Orson Welles, y del famoso plano secuencia inicial, ¿qué nos queda?. Mi impresión personal (y reitero lo de personal porque no pretendo ofender a nadie), una película con una trama caótica, que en ningún momento me enganchó y que roza lo ridículo. Diálogos infantiles; memorable la frase de Susie Vargas a su marido: “me gustaría ser estúpida si mi marido me lo ordena”; acciones no menos absurdas, y aburrimiento, mucho aburrimiento (de hecho, la tuve que ver en diferentes días, retomándola porque se me hacía soporífera).
Charlton Heston haciendo de policía mexicano, Marlene Dietricht haciendo de gitana dueña de un tugurio, personajes secundarios en las escenas iniciales pululando alrededor del gran Orson Welles añadiendo “tensión” a la historia con sus exageradas gesticulaciones... por momentos me pareció estar viendo una peli del mejor Ed Wood.
Si me quedo con algo de “Sed de mal” es con la polémica que la ha envuelto desde que fue rodada, la lucha del director por defender la obra tal y como él la concibió, y sus diferentes lecturas, tal y como podéis comprobar en las críticas de Filmaffinity, o simplemente leyendo a los especialistas en el tema.
Dicen que “Sed de mal” es una de las pelis que hay que ver antes de morir, pues bien, yo ya lo hice y casi muero de aburrimiento mientras la veo.
Documentándome un poco antes de escribir la crítica me gustó una opinión de "Cahiers du cinéma" que en el momento de su estreno la definió como “la mejor película de serie B que jamás se haya hecho”. Y es que si por un momento nos abstraemos de que se trata de una película de Orson Welles, y del famoso plano secuencia inicial, ¿qué nos queda?. Mi impresión personal (y reitero lo de personal porque no pretendo ofender a nadie), una película con una trama caótica, que en ningún momento me enganchó y que roza lo ridículo. Diálogos infantiles; memorable la frase de Susie Vargas a su marido: “me gustaría ser estúpida si mi marido me lo ordena”; acciones no menos absurdas, y aburrimiento, mucho aburrimiento (de hecho, la tuve que ver en diferentes días, retomándola porque se me hacía soporífera).
Charlton Heston haciendo de policía mexicano, Marlene Dietricht haciendo de gitana dueña de un tugurio, personajes secundarios en las escenas iniciales pululando alrededor del gran Orson Welles añadiendo “tensión” a la historia con sus exageradas gesticulaciones... por momentos me pareció estar viendo una peli del mejor Ed Wood.
Si me quedo con algo de “Sed de mal” es con la polémica que la ha envuelto desde que fue rodada, la lucha del director por defender la obra tal y como él la concibió, y sus diferentes lecturas, tal y como podéis comprobar en las críticas de Filmaffinity, o simplemente leyendo a los especialistas en el tema.
Dicen que “Sed de mal” es una de las pelis que hay que ver antes de morir, pues bien, yo ya lo hice y casi muero de aburrimiento mientras la veo.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Hay muchas escenas y diálogos absurdos durante la película pero me quedo con estos:
- Al inicio de la película, uno de los macarras de la banda de los Grandi acosa a Susie Vargas y le dice que le siga, que tiene un mensaje para su marido. Pues ella, contesta “de acuerdo, ¿qué tengo que perder?, y le sigue!. (A lo mejor pierdes la vida ¿no?).
- Este mismo macarra se hace una foto con Susie Vargas y posteriormente la coaccionan a colaborar con ellos amenazándola con esa foto. (A eso se le llama confianza en la pareja).
- Me parece de una ingenuidad tremenda que la gente de esa época pudieran creer que las “intuiciones” de Quinlan provenían de su pierna maltrecha. Digámoslo claro, las intuiciones suelen provenir de otros lugares, de la experiencia, de los prejuicios o de la empatía. Si de verdad alguien se creía la historia de la “pierna detectora de dinamita” es que era, o muy ingenuo, o verdaderamente “Sed de mal” intentaba ser un acicate para la estupidez.
- Intentan matar a Mr. Vargas con una botella de ácido. (Qué pasa, ¿querían ahorrar balas?).
- El personaje de Joe Grandi me parece de lo más flojo de la película. Nada en absoluto creíble y por otro lado si se trata de una parodia me parece bastante lamentable. Igual que el resto de los Grandi, una especie de macarras de pacotilla que fuman porros, se inyectan drogas y escuchan rockabilly, para luego secuestrar a Susie Vargas, simular una “fiesta salvaje” y drogarla por encargo de Hank Quinlan. Pero, ojo al dato, no la drogan, le echan el humo de los porros, le inyectan una especie de somnífero y las drogas se las reservan para ellos. A parte de eso, no le tocan ni un pelo a Susie Vargas (Janet Leigh) porque a pesar de que la señora era un pibón, ellos son unos rockabillies drogadictos pero con principios. Y lo mejor de todo es que todo esto sirve para incriminar a la señora Vargas y acaba en la cárcel!.
- Escena final, con el micrófono en el amigo de Hank Quinlan y transmisor en manos de Mike Vargas. Quinlan nota que hay eco y tiene una de sus “intuiciones”, alguien le está espiando. Vargas se da cuenta que Quinlan está sospechando pero en ningún momento apaga el transmisor hasta que finalmente llegamos al apoteósico final. (O una de dos, o el transmisor no tenía interruptor para apagarlo o no le dijeron a Vargas donde estaban las pilas para sacárselas).
- Al inicio de la película, uno de los macarras de la banda de los Grandi acosa a Susie Vargas y le dice que le siga, que tiene un mensaje para su marido. Pues ella, contesta “de acuerdo, ¿qué tengo que perder?, y le sigue!. (A lo mejor pierdes la vida ¿no?).
- Este mismo macarra se hace una foto con Susie Vargas y posteriormente la coaccionan a colaborar con ellos amenazándola con esa foto. (A eso se le llama confianza en la pareja).
- Me parece de una ingenuidad tremenda que la gente de esa época pudieran creer que las “intuiciones” de Quinlan provenían de su pierna maltrecha. Digámoslo claro, las intuiciones suelen provenir de otros lugares, de la experiencia, de los prejuicios o de la empatía. Si de verdad alguien se creía la historia de la “pierna detectora de dinamita” es que era, o muy ingenuo, o verdaderamente “Sed de mal” intentaba ser un acicate para la estupidez.
- Intentan matar a Mr. Vargas con una botella de ácido. (Qué pasa, ¿querían ahorrar balas?).
- El personaje de Joe Grandi me parece de lo más flojo de la película. Nada en absoluto creíble y por otro lado si se trata de una parodia me parece bastante lamentable. Igual que el resto de los Grandi, una especie de macarras de pacotilla que fuman porros, se inyectan drogas y escuchan rockabilly, para luego secuestrar a Susie Vargas, simular una “fiesta salvaje” y drogarla por encargo de Hank Quinlan. Pero, ojo al dato, no la drogan, le echan el humo de los porros, le inyectan una especie de somnífero y las drogas se las reservan para ellos. A parte de eso, no le tocan ni un pelo a Susie Vargas (Janet Leigh) porque a pesar de que la señora era un pibón, ellos son unos rockabillies drogadictos pero con principios. Y lo mejor de todo es que todo esto sirve para incriminar a la señora Vargas y acaba en la cárcel!.
- Escena final, con el micrófono en el amigo de Hank Quinlan y transmisor en manos de Mike Vargas. Quinlan nota que hay eco y tiene una de sus “intuiciones”, alguien le está espiando. Vargas se da cuenta que Quinlan está sospechando pero en ningún momento apaga el transmisor hasta que finalmente llegamos al apoteósico final. (O una de dos, o el transmisor no tenía interruptor para apagarlo o no le dijeron a Vargas donde estaban las pilas para sacárselas).