Dos policías rebeldes fue el debut en la dirección de largometrajes de Michael Bay, después de una exitosa carrera como director de videclips para artistas como Winder, Tina Turner o Vanilla Ice.
Sin duda, se trata de uno de los debuts más impresionantes y exitosos de los últimos 30 años, fácilmente, que vino además a definir lo que iba a ser el estilo de Michael Bay: videoclipero a más no poder, excesivo en lo visual, deudor de la mesa de montaje, ruidoso, lleno de chicas y chicos guapos y, sobre todo, una apuesta por el entretenimiento puro y duro y el cine de acción de palomitas. Nada malo, siempre y cuando se acepte lo que se va a ver y guste, claro.
Además, este primer Dos policías rebeldes es una película bastante más violenta y, en cierto modo, "ochentera" de lo que parece en su concepción y visualización de la acción y, como decimos, la violencia, algo de agradecer porque la convierte en una película bastante más valiente que otras más "blancas" que vinieron después. Es una película recordada, aún a día de hoy, y no es por casualidad.
Aparte, presentó al mundo a la pareja de buddy movies más representativa de las últimas décadas, la formada por Martin Lawrence y Will Smith, dos actores entonces en alza, no muy conocidos (aunque Smtith ya había tocado el cielo con El Príncipe de Bel Air), pero que se convirtieron en superestrellas gracias a los detectives Burnett y Lowery.
Correcta.

Lo mejor: Su valor dentro de este tipo de cine y la buena pareja que forman Smith y Lawrence.
Lo peor: Es Michael Bay a tope, y eso no es precisamente una virtud.