High School Musical 2 pasa por ser una de las secuelas más equivocadas e inútiles que hayamos visto en años.
Y es una pena, porque no puede comenzar mejor. Su número inicial, el ya mítico "What time is it?" es uno de los mejores momentos de toda la saga, una de sus canciones más reconocibles y uno de los pocos temas que verdaderamente se quedan en la memoria del espectador y ofrecen una coreografía potente que la nerviosa cámara de Kenny Ortega nos permite ver como espectadores.
Pero, quitando ese fantástico comienzo, esta secuela no tiene nada. Literalmente. Entre plagiar casi descaradamente a Grease y acumular anécdotas (anda que no está visto lo de los jovencitos disfrutando del verano y dándose cuenta de cuáles son las cosas importantes de la vida en realidad...), la película dura quince minutos más que su antecesora, se hace eterna y no aporta realmente nada importante a las vivencias de Troy, Gabriella y compañía.
Tiempo perdido en una secuela que no debería haber existido. Además, una vez más está espantosamente rodada y desperdicia las coreografías, como hemos dicho.

Lo mejor: El comienzo, francamente bueno.
Lo peor: Es tan pobre en lo narrativo... pero tan pobre...