Antes de nada un par de detalles sobre la película: la gran mayoría del guión fue improvisado (ya decía yo que me parecía bastante bien llevada la actuación), se grabó en 5 días y encima en la casa del propio director. Todos estos detalles nos indican que una buena película no necesita ni de actores conocidos, ni de directores reconocibles, ni de fórmulas repetitivas de Hollywood para llegar a ser una pedazo de película gracias a la trama original que propone.

Sí es verdad que hay que estar atento a lo que ocurre y cómo ocurre. Yo por ejemplo me la he puesto para dormir y estoy escribiendo la crítica a las 4:40 (maldita cuarentena), pues no he podido dejar de lado el atractivo de la película. Te engancha. Necesitas saber qué está pasando, por qué pasa lo que pasa. Y lo mejor de todo no es la revelación gradual de la situación. Es ese final amargo, ese sabor agridulce que te deja la película una vez comienzan los créditos finales.