Una comedia de Howard Hawks.
Pues ya está todo dicho.
Ya sabemos que estamos ante una maravillosa comedia que nos va a hacer pasar un rato estupendo. Si la firma el mejor, es de las mejores.
Hawks, junto con Lubitsch y Wilder, son en mi opinión el trío de ases de la comedia de toda la Historia. Por lo tanto, cualquier comedia que lleve su firma, tiene garantizado un sello de calidad que hace que el espectador no pueda dudar de acercarse a ellas ya que pasarán un magnífico momento.
Hawks no tenía ningún inconveniente en realizar remakes de sus propias obras.
Así, de su magnífico " Río Bravo", parió sendos remakes que fueron " El Dorado" y " Río Lobo" que son una gloria también.
De su " Bola de fuego", veinte años más tarde concibió un musical " Nace una canción" muy meritoria también.
Y con su delicatessen " La fiera de mi niña", tampoco tuvo inconveniente y parió " Su juego favorito".
Cuando hizo esta peli Hawks tenía más de 70 años. El inventor de las screwballs, las comedias alocadas que mezclaban guerra de sexos, con el más puro slapstick, el humor más puro y genuino en mi opinión, quiso con esta película tratar de devolver al género su gloria perdida, pero ya era tarde. Los gurús del cine tenían sus miras puestas en las películas " coñazo" que nadie ve y masacraron esta cinta en sus críticas.
Menos mal que todo vuelve a su lugar poco a poco y esta cinta va recuperando cierta estima entre los aficionados al cine clásico por su innegable simpatía y sabor a cartoons que le caracteriza.
Pero yo quiero puntualizar que, a pesar de ser una buena comedia, sigue siendo el Hawks de los viejos tiempos el que supo alcanzar la verdadera gloria del género.
Rock Hudson defiende muy bien el papel que en " La fiera de mi niña" interpretó Cary Grant. Tenía su apostura y elegancia y da gusto verle enfrentarse a situaciones rídiculas sin perder la dignidad. Pero, en mi opinión, no tenía la vis cómica de Grant, no tenía ese alzar de cejas, esa expresividad y mueca de sorpresa que hacía de Grant un caballero y a la vez, un payaso.
Lo mismo ocurre con Paula Prentiss. Defiende muy bien el papel de mujer con carácter, fuerte, caprichoso y desquiciante, pero es que la Hepburn era mucho Hepburn. Nadie como ella pudo interpretar el papel de mujer dominante y excéntrico que le caracterizó.
También adolece en algunos momentos de falta de ritmo, lo que la hace irregular. Esta comedia, aparte de los gags perfectos de slapstick que contiene, deriva mucho más en una comedia de situación. No posee la velocidad aturullada de " La fiera de mi niña" que no daba ni un segundo de respiro al espectador
Por ésta y otras razones, yo no creo que consiga alcanzar la excelencia de aquella, a pesar del magnífico Technicolor y de la música de Henry Mancini.
Pero bueno, ésta es una apreciación muy personal y sé que muchos no opinarán como yo.
Así que, juzguen ustedes. Sea como sea, pasarán un rato estupendo. Eso Hawks lo garantiza.