Esta película la vi de muy niño ( a mis padres se les coló censurármela) y no he podido olvidarla nunca.
La he rescatado ahora y comprendo muy bien por qué me impresionó tanto.
Se trata de una serie de cuentos de terror, perfectamente ensamblados e increíblemente perturbadores, aun a día de hoy, narrados con esa elegancia exquisita de antaño que sugiere más que muestra, que incita más que ejecuta, que invita a nuestra imaginación a destapar nuestros miedos más irracionales ( y también los racionales, no se crean), sin necesidad de ningún efectismo, no hay sangre, no hay vísceras, no hay sustos por doquier...Sólo relatos de fantasmas, nuestros fantasmas, que de vez en cuando asoman desde nuestro subconsciente para recordarnos, incluso a los más escépticos y descreídos, que no estamos libres de su influjo.
Magníficos relatos para no dormir, cada uno de ellos tiene su sello, incluso alguno hay con toque humorístico, les invito a estremecerse si no están ya saturados de miedo. Yo ya he escogido mi favorito. ¿ Supersticiones y fantasías?. No tanto, no tanto.