El impacto de REC no dejó a nadie indiferente, y los USA no tardaron un segundo en tomar la idea para hacer su propia versión. Para no fallar, prácticamente han hecho un calco de la versión española. Naturalmente, les ha salido una buena película, y diríamos original si no conociéramos REC. Si la conocemos, como es previsible, Quarantine es completamente prescindible, pues no va a aportar nada a lo que ya conocíamos. Sin embargo, si queremos revivir aquella experiencia, Quarantine puede servir perfectamente.
Yo la he visto como amante del género y, para qué negarlo, para comprobar cómo los americanos se apropian de nuestras ideas (no deja de ser un halago, aunque acciones como ésta sean características de la tendencia al monopolio cultural de los yanquis). No me ha entusiasmado tanto como REC, pero reconozco que es una versión digna; no es novedosa ni está rodada con la frescura de Balagueró y Plaza, ni tiene una protagonista tan guapa como Manuela Velasco (aunque Jennifer Carpenter sabe ganarse al espectador), pero tiene claro qué hizo de REC un referente inmediato en el cine de terror y lo reproduce de manera acertada, aunque sin aportar nada nuevo.
Quarantine es una buena película, pero ya la hemos visto. Contra eso no podrá luchar nunca. Es un sucedáneo de una gran película. Era difícil estar a la misma altura, casi imposible, pero, dentro de ese gran escollo, la película de John Erick Dowdle es un digno entretenimiento.