Encontrar en Netflix un producto de más de seis puntos, no es fácil. Pero esta miniserie lo merece por informativa e ilustrativa de la tragedia en Isla Blanca / Whakaari, Nueva Zelanda en 2019, cuando tres grupos de turistas se encontraban en las márgenes del cráter de un volcán activo a punto de hacer erupción.
Mucho de lo que se ocupa la serie son las entrevistas a protagonistas del hecho o familiares de víctimas. Y quizás en esto sea un poco reiterativa, además de comprensiblemente melodramática. Pero por otro lado, también ofrece imágenes espectaculares del hecho y una historia verídica reciente, que resulta muy entretenida.
Llamó mi atención que no se mencione nada sobre eventuales acciones legales de las víctimas contra el estado neozelandés, por no advertir que el más peligroso volcán del país estaba a punto de explotar. ¿Acaso Nueva Zelanda no tiene vulcanólogos y/o un ente destinado a ello? Me suena raro...